Ayuda humanitaria a Marruecos

Es cierto que cuando planificas un viaje a Marruecos, buscas aventura y diversión, conocer un nuevo lugar, aprender viajando y disfrutar de la ruta y la compañía entre buenos amigos. Pero también es bien cierto que en cuanto pones los pies en África, te cambia la vida para siempre, y si eres capaz de absorber algo de la humanidad, humildad y hospitalidad que te rodea por todos lados, no tardan mucho en entrarte ganas de intentar hacer algo para ayudar a esas gentes. 

Los habitantes del país, viven con lo mínimo y son ricos en carencias. Cualquier ayuda es buena y bienvenida, y todo lo que podamos hacer para mejorar su calidad de vida, será poco pero bienvenido. 

Si te dispones a viajar al país, reserva un lugar en tu equipaje para llevar lo que buenamente puedas, y si viajas en tu propio coche, no dejes un lugar libre en el maletero para llevar ropa, calcetines, medicinas, botiquines, y todo aquello que pueda ser de utilidad, además de los consabidos caramelos para los niños (varios kilos serán pocos). 

Cada viaje que emprendemos desde Quadtreros.com a este fantástico país, intentamos cargarnos de ayuda humanitaria, que repartimos en aquellos pueblos recónditos donde nos llevan nuestros quad, ATV o buggie. Y aprovechamos cada ocasión para que nuestro equipo médico de apoyo atienda a un buen número de personas en nuestro camino.

Quiero aprovechar estas líneas para destacar el apoyo y ayuda de un comercio de mi pueblo en Asturias, junto con el cual he conseguido repartir en los tres últimos viajes 400 pares de zapatos entre los niños.

Un día le planteé al empresario Manuel Ramón Martinez del Comercio Manual Ramón en Grandas de Salime, la posibilidad de escoger entre el stock desfasado que pudiera haber en su comercio, aquellos zapatos, ropa y/o calcetines que ya no tuviesen venta en este país de consumistas voraces, para llevarme esos productos y repartirlos en Marruecos. Más concretamente en los pueblos del sureste del país, frontera con Argelia, dónde existen pueblos sin luz o agua corriente, carentes de mucho y faltos de todo, y en algunos casos dónde la carretera más cercana se encuentra a varias decenas de kilómetros. 
Manuel, no dudó por un momento en ayudarme, y ofrecerme de manera totalmente altruista, tal cantidad de productos que he tenido que repartirlos en varios viajes al país africano. En las últimas visitas a Marruecos este año 2009 hemos llegado a repartir cerca de 400 pares de zapatos nuevos y sin estrenar. Y lo mejor de todo, es que aun me queda otro tanto material para trasladar en próximas ocasiones. 

Además de otras colaboraciones, ropa y medicamentos, que hemos podido llevarnos por otros medios y colaboraciones, Manuel Ramón se ha convertido para mi en el Rey Mago de estas Navidades, y gracias a él este invierno habrá 400 niños que no tengan que correr descalzos entre las nieves del Atlas, o con los zapatos destrozados sobre las piedras de las deserticas planicies marroquíes, lugares dónde en algunos casos el termómetro desciende de los cero grados. 

Gracias Ramón por esa ayuda, y por darme la oportunidad de aportar un granito de felicidad a aquella gente. Una lástima que no hayas podido ver la cara de agradecimiento y felicidad de aquellos niños.

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